La Guerra de Invierno estalló cuando la Unión Soviética atacó Finlandia el 30 de noviembre de 1939, tres meses después del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Como consecuencia, la URSS fue expulsada de la Sociedad de Naciones el 14 de diciembre. La guerra duró 105 días, hasta marzo de 1940, cuando se firmó un tratado de paz por el que Finlandia cedía cerca del 10 % de su territorio, un 20 % de su capacidad industrial y el 33 % de sus instalaciones productoras de energía hidroeléctrica, entre otras cosas, a la Unión Soviética.
Pese a todo, el resultado de la guerra se puede considerar complejo ya que aunque la URSS logró satisfacer sobradamente sus demandas iniciales con la cesión por parte de Finlandia de los territorios de Petsamo, Salla y la mayor parte de Karelia, sus pérdidas para superar las defensas finlandesas fueron tremendas y no cumplieron con su objetivo de conquistar todo el país. Además, su posición internacional sufrió considerablemente y fue puesta en duda la destreza combativa del Ejército Rojo tras las purgas políticas, un hecho que contribuyó fuertemente a la decisión de Hitler de lanzar la Operación Barbarroja. Por otra parte, aunque los finlandeses lograron retener su soberanía y atraerse la buena voluntad internacional, las duras condiciones de paz impuestas por la Unión Soviética provocaron en la población finesa su deseo de revancha y su acercamiento a laAlemania de Hitler, que se plasmaría en la Guerra de Continuación.
La Guerra de Invierno fue un desastre militar para la Unión Soviética. No obstante, sirvió para que el Kremlin hiciera autocrítica interna e iniciara el proceso de reinstaurar a oficiales cualificados y modernizar a sus fuerzas, una decisión que permitiría a los soviéticos resistir la invasión alemana.
Finlandia había formado parte del Reino de Suecia hasta que el Imperio ruso la conquistó en 1808 y la convirtió en un Estado colchón entre ambos reinos con la finalidad de proteger la capital rusa de la época, San Petersburgo.
La Carelia oriental (incluyendo el istmo de Carelia que sería el campo de batalla de la Guerra de Invierno) tenía unos antecedentes históricos distintos a los del resto de Finlandia. Fue posesión de la república rusa medieval de Nóvgorod y más tarde del Estado de Moscú. En 1617 la Carelia Oriental llegó a encontrarse bajo dominio sueco, periodo durante el cual la región perdió toda la población rusa y carelia. En 1721, como resultado de la Gran Guerra del Norte, el istmo de Carelia regresó a manos rusas, hasta que un siglo más tarde, en 1809, el zar Alejandro I transfirió esta región al Gran Ducado de Finlandia.
En 1917 la Revolución rusa había llevado a los bolcheviques al poder, los cuales, el 15 de noviembre de 1917, declararon el derecho general a la autodeterminación, además del derecho de secesión, "para los pueblos de Rusia". Así, el 6 de diciembre de 1917 Finlandia se declaró independiente. El 18 de diciembre, el gobierno ruso soviético emitió un decreto, reconociendo la independencia de Finlandia, y el 22 de diciembre fue aprobado por el máximo órgano ejecutivo soviético, el VTsIK. La República Socialista Federativa Soviética de Rusia reconoció la independencia el 4 de enero de 1918, al mismo tiempo que Francia, Suecia y el Imperio alemán.
El Imperio alemán había reclutado voluntarios desde el Gran Ducado deFinlandia durante la Primera Guerra Mundial para entrenarlos como jägers y ponerlos a luchar en el frente para debilitar a Rusia y así provocar la pérdida de las provincias y dependencias occidentales del Imperio ruso. Este reclutamiento, hecho en secreto, fue organizado por círculos de influencia germanos, y se centró en estudiantes universitarios y en la clase media alta finlandesa lo que contribuyó a crear fuertes lazos de unión entreAlemania y Finlandia. La derrota alemana en la guerra mundial impidió el establecimiento de un príncipe alemán como Rey de Finlandia. Sin embargo, los lazos de unión entre ambos países siguieron siendo fuertes.
Por el contrario, a pesar de que Finlandia había obtenido la independencia de la Unión Soviética pacíficamente, las relaciones entre la Unión Soviética y Finlandia fueron frías y tensas casi desde el inicio debido al resultado de la Guerra Civil Finlandesa que entre el 27 de enero y el 15 de mayo de 1918 enfrentó a las fuerzas del senado, controladas desde el otoño anterior por los conservadores (quienes pretendían mantener la independencia y la monarquía constitucional sin parlamentarismo), popularmente conocidos como «blancos» (valkoiset) con las fuerzas socialdemócratas, dirigidas por la delegación popular de Finlandia, comúnmente conocidos como «rojos» (punaiset). Los rojos recibieron la ayuda de la Rusia bolchevique, mientras que los blancos fueron apoyados militarmente por el Imperio alemán y resultaron vencedores. Acabada la guerra civil, grupos de activistas nacionalistas finlandeses realizaban frecuentes incursiones armadas en territorios soviéticos con el objetivo de logar imponer la "Gran Finlandia. Por todo ello, en 1932, la Unión Soviética firmó un tratado de no agresión con Finlandia y en 1934 se reafirmó el tratado por diez años más. Sin embargo, Stalin se percató de que la frontera finlandesa (que cruza el istmo de Carelia) estaba a sólo 32 km de Leningrado, siendo una excelente base para una invasión germana en el caso de que estallase la guerra con laAlemania Nazi.
En abril de 1938, los soviéticos iniciaron negociaciones diplomáticas conFinlandia, con el objetivo de desarrollar una defensa unida contraAlemania. Poco a poco, las solicitudes soviéticas de intercambiar territorio con Finlandia se fueron convirtiendo en demandas, y un año después las negociaciones estaban estancadas mientras que la situación política europea se deterioraba rápidamente.
El 23 de agosto de 1939, la Unión Soviética y Alemania firmaron el Pacto Mólotov-Ribbentrop, que estipulaba que no habría agresión entre los dos países durante diez años. El Protocolo Adicional Secreto del pacto desglosaba el reparto de los países de la Europa Oriental entre los países firmantes. Finlandia quedó en la esfera de influencia soviética, mientras que Polonia debía ser dividida entre ambos. El 1 de septiembre del mismo año, Alemania invadió Polonia, y tres semanas después la Unión Soviética la invadió desde el este. De acuerdo con el pacto germano-soviético, Polonia fue dividida. En otoño de 1939, la Unión Soviética realizó su última demanda a Finlandia: la frontera debía replegarse 25 km atrás desde Leningrado; además debía permitir el establecimiento de una base naval en la península de Hanko por treinta años. La Unión Soviética ofrecía a cambio un área en Carelia el doble de extensa, pero menos desarrollada que el territorio demandado. El Presidente finlandés Urho Kekkonen declararía en septiembre de 1963: "Cuando hoy en día, 20 años después, nos ponemos en la posición de la Unión Soviética, a la luz de la invasión de Hitler en 1941, la preocupación que la Unión Soviética tenía, y debía tener, en relación con su seguridad al final de la década de los 30 se vuelve comprensible."
El gobierno finlandés rehusó aceptar las exigencias soviéticas. El 26 de noviembre tuvo lugar el Bombardeo de Mainila, en el que artillería soviética atacó varias zonas cerca de la aldea rusa de Mainila, anunciando luego que el ataque había sido finlandés y que varios soldados soviéticos habían muerto. Los soviéticos exigieron de nuevo que Finlandia replegara sus tropas 25 km atrás de la frontera y que pidiera disculpas por el incidente. Finlandia negó estar involucrada en él y rehusó pedir disculpas. La Unión Soviética declaró entonces que el Pacto de No Agresión de 1934 dejaba de estar vigente y el 30 de noviembre atacó a Finlandia con 23 divisiones, que sumaban 450 000 hombres, alcanzando rápidamente la Línea Mannerheim.
Se formó entonces un gobierno títere en el pequeño territorio finlandés ocupado, en el pueblo fronterizo de Terijoki el 1 de diciembre, estableciéndose la República Democrática de Finlandia, con Otto Kuusinen como Jefe de Estado. Sin embargo nunca sería reconocida ni sería tenida en cuenta en la firma de los acuerdos de paz.
Desarrollo de las operaciones
La táctica soviética era simple: se emplearían cuatro ejércitos bajo el mando de Kirill Meretskov, que atacarían la frontera finlandesa de más de 1200 km de longitud, siendo sus principales armas la superioridad numérica y la utilización abrumadora de tanques y aviones. El VII Ejército se lanzaría contra la línea Mannerheim de unos 130 km de longitud desde el Istmo de Carelia, y después de ocupar Viipuri se dirigiría a Helsinki, la capital finlandesa. El VIII Ejército atacaría a su vez desde la ribera oriental del lago Ládoga, mientras que el IX Ejército cruzaría más al norte, alcanzando rápidamente la costa oeste del país en Oulu, dividiendoFinlandia en dos. El XIV Ejército se encargaría de ocupar el puerto de Petsamo, al norte del país, que era considerado una potencial amenaza para el puerto ruso de Múrmansk si fuera ocupado por los enemigos de la Unión Soviética.
Finlandia sólo había tenido tiempo para movilizar a 180 000 hombres, pero los había entrenado en tácticas de guerrilla, en el uso de esquíes para desplazarse, había estudiado la geografía del futuro campo de batalla y obtenido trajes de camuflaje eficientes. El invierno de 1939 a 1940 fue extremadamente duro, con temperaturas de -40° C, que los fineses, sin embargo, podían soportar con mayor facilidad que los rusos. Conscientes de su inferioridad numérica, los fineses no se atrevieron a enfrentarse con los invasores soviéticos a campo abierto, sino que atacaban a los grupos enemigos aislados y hacían de las provisiones enemigas sus principales objetivos. En estos grupos aislados destacaban los francotiradores, los cuales causaban el terror entre las filas soviéticas, como el famoso Simo Häyhä, el cual en los 115 días de guerra llegó a eliminar hasta 540 soldados soviéticos.
A pesar de que existían muchos comunistas en Finlandia, el mal trato infligido a los fineses residentes en la Unión Soviética durante la Gran Purga de Stalin colocó a casi todos los fineses, sin importar su filiación política, contra el país invasor. Además, después de la guerra civil finlandesa, se habían dictado muchas leyes que redujeron la barrera entre los estratos de la sociedad. Este espíritu de unión entre los fineses fue llamado posteriormente el «Espíritu de la Guerra de Invierno», aunque cabe resaltar que a muchos comunistas no se les permitió alistarse en el ejército.
Mientras que el factor político influyó de forma positiva en la defensa finlandesa, en el caso soviético fue todo lo contrario. Los oficiales soviéticos eran extremadamente arrogantes, y aparentemente al mismo tiempo incompetentes, habiendo obtenido muchos el cargo gracias a sus conexiones políticas, más que por sus cualidades. Muchos de estos nuevos comandantes seguían las obsoletas tácticas de la Primera Guerra Mundial, y miedosos de hacer enfadar a los altos oficiales soviéticos, carecían de iniciativa, y en muchas ocasiones sufrieron grandes pérdidas al no retirarse de posiciones donde el sentido común les decía lo contrario, ya que no recibían la orden de hacerlo. Se estima que el 80 % de los comandantes del Ejército Rojo fueron reemplazados durante la Gran Purga. Varios testimonios aseguran que entre los ejércitos rusos había bandas de música, anticipando la celebración de una victoria rápida, y también aseguran que los soldados avanzaban despreocupados por el frente, cantando el himno nacional soviético, sin preocuparse por la resistencia finlandesa.
El Ejército Rojo no estaba bien equipado para la guerra en invierno, especialmente en los densos bosques; además muchos de los vehículos utilizados no habían sido probados a temperaturas extremas. De esta manera, tuvo que mantenerse a los vehículos encendidos las 24 horas del día para evitar que el combustible se congelara en el motor.
Todos estos contratiempos contribuyeron a que la fuerza de invasión soviética inicial de 200 000 hombres y 900 cañones no pudiera hacer frente a los 130 000 hombres y cañones desplegados por los defensores en el Istmo de Carelia. Los mil tanques soviéticos fueron muy mal empleados en la ofensiva y se perdieron muchos. Este fracaso es resaltado aún más al comprobarse la pobre preparación de los finlandeses. Muchos de los soldados finlandeses no tenían uniforme y tenían que vestir sus propias ropas y confeccionarse una insignia. Estos uniformes variados fueron bautizados el "modelo Cajander", en alusión al Primer Ministro finés Aimo Cajander. Sin embargo, la mala preparación de los soldados soviéticos enviados a Finlandia entregó muchas armas directamente a los finlandeses que, afortunadamente para ellos, utilizaban el mismo calibre. Así pues, el botín del enemigo fue esencial para mantener la resistencia finlandesa. Además, los líderes soviéticos sentían desconfianza de los soldados rusos que vivían cerca de Finlandia, así que para la invasión movilizaron a soldados del sur del país, menos habituados a pelear en la nieve y en los bosques árticos. El general Meretskov pensaba que la guerra sería corta, no pasando de una semana, por lo que no se molestó en vestir apropiadamente a la tropa. En cambio, la mayoría de la población finlandesa vivía fuera de las ciudades, por lo que ya disponía de ropa de invierno para soportar uno de los peores inviernos en la historia deFinlandia.
En cuanto a la guerra aérea, la Unión Soviética salió malparada también, ya que la fuerte defensa antiaérea finlandesa derribó a un número extremadamente alto de aviones soviéticos. Por ejemplo, para el día 105 de la guerra, la fuerza de cazas finlandeses D-XXI había derribado 120 bombarderos rusos y perdido sólo 12 cazas y 8 pilotos. En total, 684 aviones soviéticos fueron derribados durante la guerra, de ellos 240 por cazas finlandeses. Por su lado, Finlandia perdió 62 aviones.
En el norte, las divisiones soviéticas 103 y 52 lograron capturar el puerto de Petsamo con la ayuda de la artillería costera, pero al ir avanzando hacia Rovaniemi o Ravaniemi, la capital de Laponia, las bajas empezaron a aumentar dramáticamente, llegando a situarse en 42 bajas soviéticas por cada baja finlandesa. Más al sur, los soviéticos decidieron que la toma del pueblo de Suomussalmi era importante para el avance de la guerra en el centro de Finlandia, puesto que al conquistar el centro ferroviario de dicho centro poblado, se podría transportar rápidamente provisiones a las tropas del frente. Para ocupar este poblado se envió a la 163.ª División, dotada de 17 000 hombres, una fuerza tres veces mayor a la de los finlandeses en la zona.
Continuando su marcha sobre Rovaniemi, las divisiones 103.ª y 52.ª fueron detenidas finalmente a más de 370 km de su objetivo, mientras que en el centro de Finlandia, las divisiones 88.ª y 122.ª, cuyo objetivo también era Rovaniemi, fueron detenidas 60 km adentro del país. Para diciembre era obvio que la invasión no iba a ser el paseo militar que inicialmente habían pensado. Sin embargo, a pesar de las fuertes bajas que los soviéticos habían sufrido, la mayor humillación estaba por venir.
Como había sido planeado, la 163.ª División soviética, en su mayoría soldados mongoles, avanzó hacia Suomussalmi en noviembre de 1939. El 11 de diciembre empezaron a ser atacados por guerrilleros finlandeses, y debido a su despreocupado avance, sin proteger sus flancos, pudieron ser cercados por una fuerza menor. Para el 30 de diciembre, la 163.ª División había sido aniquilada.
La 44.ª División de Infantería soviética también llegó a las cercanías de Suomussalmi, más o menos en la misma fecha en que la 163.ª División estaba siendo cercada. En el llamado «Incidente de Raatteentie», ocurrido durante la Batalla de Suomussalmi, la 44.ª División (cerca de 25 000 ucranianos) marchó por la angosta carretera de Raate directamente hacia una emboscada finlandesa, donde una unidad llamada "Osasto Kontula" (de 300 hombres) bloqueó el paso de la división, mientras el coronel finlandés Siilasvuo y su división de 6000 hombres los atacaban por la retaguardia, dividiendo la división desplegada a lo largo de la carretera en secciones pequeñas, llamadas motti en finlandés, destruyéndola una por una. El 8 de enero, los supervivientes de la 44.ª División se retiraron y terminó la batalla de Suomussalmi. En ambos ataques de Suomussalmi, los finlandeses cortaron los suministros soviéticos, por lo que al quinto día sin comida y a temperaturas de -40° C, los soldados soviéticos se empezaron a lanzar desordenadamente contra los hostigadores finlandeses, muriendo cientos debido a esto. Si bien cayeron 800 de los 6300 finlandeses, los soviéticos perdieron 23 000. Además Finlandia capturó 43 tanques, 71 cañones de artillería y antiaéreos, 29 cañones antitanques, tractores, 260 camiones, 1170 caballos y muchas armas, municiones y material médico.
Tras los hechos de los últimos meses, los Estados Mayores aliados concluyeron que la Blitzkrieg no constituía una auténtica guerra, sino una operación irregular capaz de arrollar fuerzas anticuadas aunque inútil ante un Ejército potente; que la URSS era una débil potencia militar con un Ejército primitivo y desordenado; y que la línea Mannerheim, trazada por ingenieros belgas, había demostrado su eficacia. En consecuencia, el alto mando francés dedujo que su línea Maginot resultaba una defensa adecuada; por su parte el Estado Mayor alemán concluyó que la eficacia de la Blitzkrieg y la incompetencia militar soviética auguraban una fácil invasión de la URSS. Noruega comerciaba con ingleses y alemanes y Suecia vendía a éstos abundante mineral de hierro, vital para su industria de armamento. Los cargamentos navegaban hasta Alemania a través del Báltico y, en invierno, cuando el mar se helaba, eran transportados hasta el puerto noruego de Narvik, donde embarcaban con destino a Alemania. Alarmados por la guerra de Finlandia, los británicos planearon ocupar Noruega y cortar la ruta del hierro sueco. Los alemanes planeaban la misma invasión a fin de adelantarse a los ingleses y, en caso de conflicto, utilizar la península escandinava como plataforma aeronaval para atacar Gran Bretaña. La tensión se crispó en febrero de 1940, cuando el destructor inglés ''Cossack'' abordó en aguas noruegas al buque ''Altmark'', auxiliar del acorazado corsario Admiral Graf Spee, que se dirigía a Alemania con 300 prisioneros británicos a bordo.
Después del invierno, Suecia y Alemania presionaron a Finlandia para que negociara la paz. El 29 de enero, los finlandeses recibieron una carta de Moscú, donde se declaraba que el gobierno soviético no se oponía a firmar un tratado para concluir la guerra. Finlandia aceptó, pero las condiciones impuestas eran tan duras que las rechazaron, ya que en ese momento el Ejército Rojo sólo había penetrado unos pocos kilómetros en territorio finés.
Cuando la noticia de Suomussalmi llegó al Kremlin, Stalin furioso había cambiado el mando de la guerra y nombrado a Semión Timoshenko como nuevo comandante. El 1 de febrero se reinició la ofensiva, esta vez con 600 000 soldados descansados o traídos de otros lugares. En esta ocasión, el apoyo de la artillería fue abrumador y exagerado, aunque logró el efecto deseado. Los cansados defensores finlandeses fueron sobrepasados, y a inicios de marzo la línea Mannerheim fue finalmente quebrada, dejando el campo libre a la ocupación soviética.
En este punto Gran Bretaña y Francia ofrecieron ayuda (100 000 británicos y 35 000 franceses, concretamente), siendo enviados el 20 de marzo 15 000 soldados, llegando el resto después. Los aliados exigieron dos condiciones para enviar la ayuda:
- Finlandia debía solicitar oficialmente la ayuda.
- Noruega y Suecia deberían permitir el paso de las tropas británicas y francesas por el norte de sus territorios.
Se ha sugerido que la verdadera intención de esta ayuda tardía era ocupar el norte de Suecia y los puertos noruegos, privando a Alemania del acero, además de presionar a los dos países ocupados a unirse al bando aliado.Finlandia jamás respondió a esta oferta, ya que el gobierno finés se dio cuenta de que la ayuda jamás llegaría a tiempo para salvar a su país.
El 12 de febrero, los rusos presentaron sus demandas de nuevo, esta vez no sólo exigían a la ciudad de Hanko, sino que también querían el Istmo de Carelia y el norte del lago Ládoga. El 13 de febrero, el canciller finés viajó a Suecia a solicitar ayuda inmediata, pero los suecos se negaron. El 3 de marzo Finlandia declaró que accedería a firmar la paz si se permitía conservar Viipuri y Sortavala, obteniendo una respuesta negativa. El 8 de marzo una delegación finesa se trasladó a Moscú a redactar el tratado de paz, que fue firmado finalmente el 13 de marzo de 1940. A las 11 de la mañana de ese día finalizó la guerra.
Las condiciones del Tratado de Paz de Moscú fueron las siguientes:
- Se cedía todo el istmo de Carelia y el territorio al norte del lago Ládoga, incluyendo las ciudades de Viipuri (ahora Výborg), Käkisalmi y Sortavala.
- Se cedía un área cerca de Salla y Kuusamo con el objetivo de proteger el ferrocarril de Múrmansk.
- Se cedía la parte occidental de la isla Kalastajasaarento, al norte de Petsamo.
-Se cedían las islas orientales del Golfo de Finlandia, incluyendo Suursaari.
Hanko estaría ocupada por la Unión Soviética treinta años y además se reservarían el derecho de instalar bases militares.
- Otras condiciones establecían que los soviéticos podrían cruzar libremente por Petsamo para llegar a Noruega. Finlandia tuvo asimismo que reconstruir ciertos ferrocarriles destruidos y regalar las máquinas y los vagones para los mismos, así como camas, equipo médico, medicinas, etc. Además no podía formar alianzas con bloques opuestos a la Unión Soviética.
La reacción finlandesa ante las duras condiciones impuestas por la Unión Soviética fue de asombro. Las victorias de diciembre les habían hecho creer que podían derrotar al país agresor, y muy pocos finlandeses se dieron cuenta de lo cerca que estaba su ejército de ser destruido en marzo de 1940. Ese 13 de marzo las banderas finlandesas fueron izadas a media asta.
Consecuencias
Los finlandeses declararon haber perdido 25 000 hombres y haber sufrido 55 000 heridos. Las cifras soviéticas fueron retocadas; la única cifra oficial que se puede aproximar a la realidad es la que dio Nikita Jrushchov en sus memorias: unos 270 000 soldados. Finlandia perdió el 10 % de su territorio, con unos 450 000 habitantes, que prefirieron irse, dejando desierta la región conquistada, que fue repoblada con rusos. También perdió el 17 % de su sistema ferroviario, el 10 % de las zonas de agricultura, el 11 % de los bosques y el 17 % de su capacidad eléctrica.
La República Democrática de Finlandia fue convertida en la República Socialista Soviética Carelo-Finesa, y Otto Kuusinen pasó a ser su canciller hasta 1956, cuando fue anexada a la República Socialista Federativa Soviética de Rusia.
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